Túnicas, cuellos, pecheras, muñequeras, brazaletes, pieles, turbantes, perneras, faldas, todos estos son elementos que componen el estilo egipcio del vestuario.

Aníbal Lápiz, el director de Escena de la ópera, comentó acerca de la producción del vestuario: “Por un lado, tenemos telas livianas y por otro, cuellos y tocados densos, como si fueran de oro. La idea de oro, cobre, bronce refleja una imagen de pesado. Fue un trabajo que llevó mucho tiempo. Hay cuellos que están hechos de alto impacto, que se hicieron con hormas o formas con plástico, que es lo que usa el coro y parte de la figuración”, aseveró.

Además, Lápiz manifestó: “El vestuario está adaptado a los personajes y sus movimientos, uno debe saber que tienen q hacer en escena. Los soldados están semi desnudos, tienen un taparrabos, es ese tiempo el pueblo usaba poca ropa, comparado con el faraón que iban muy vestidos. Es una ópera muy grande, con casi 300 artistas en escena. Tenemos 108 figurantes para la marcha, porque tiene que dar la impresión de multitud.”

El taller de sastrería del Teatro del Bicentenario desarrolla un arduo trabajo para que cada elemento se encuentre en perfectas condiciones para el estreno de la ópera. El mismo taller lo integran nueve personas que organizan y confeccionan el vestuario, para que la audiencia se maraville y se sumerja en el Antiguo Egipto de Verdi.